El Amor no puede residir en un mundo aparte, donde no se le reconoce cuando hace acto de presencia. Si lo que ves en tu hermano es tu propio odio, no lo estás viendo a él.
Todo el mundo se acerca a lo que ama y se aleja de lo que teme. Y tú reaccionas con miedo ante el Amor y te alejas de él. Sin embargo, el miedo te atrae, y tomándolo por Amor, lo invitas a que venga a ti.
Tu mundo privado está lleno de figuras tétricas que tú mismo has invitado, por lo tanto, no puedes ver todo el Amor que tus hermanos te ofrecen "Un Curso de Milagros
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