domingo, 21 de marzo de 2010

Buda del Rayo Rubí






He venido desde el silencio. Yo soy el Buda del Rayo Rubí. Y me siento en la postura de loto ante vosotros y os pido que os sentéis en meditación hoy dentro del corazón rubí de Dios. El corazón rubí de Dios es una esfera pulsante de fuego cuyos rayos como agujas penetran todo. Dios desea que aceptéis este corazón como si fuera vuestro, si lo deseáis, amados. Porque la Tierra debe recibir el ímpetu de fuego que es la acción del octavo rayo de santificación antes de que Acuario se manifieste plenamente. Pero primero debe manifestarse en vosotros, porque sois la semilla del Buda donde estáis.
El silencio es oro, pero también es rubí. La quietud rubí del Buda apaga todo el temor, todas las perversiones y venenos que os acechan para haceros tropezar, justo en el punto cuando estáis ganando terreno para convertiros en el Buda donde estáis. Cuando domináis la Luz Rubí, sois invencibles porque la presencia de diamante del amor que ha sido acelerada más allá de este plano se convierte en esa dureza que no puede ser quebrada porque es la sustancia misma de Dios, que es su corazón de fuego aumentado muchas, muchas veces, hasta que verdaderamente se cristaliza como la Rosa de Sarón interna.
El silencio del conocimiento es un silencio que se gana mediante el pensamiento puro. El pensamiento puro es la entrada a la Mente de Dios, cuya corriente emerge con la vuestra si deseáis Ser. Si vosotros deseáis Ser, entonces desechad todas las espirales de la ignorancia, y así conoceréis a Dios como vuestro Ser.
Amados, como yo he recorrido la Tierra desde la corteza hasta el centro una y otra vez, lo he atestiguado todo. Me he convertido en el todo, porque ese todo se ha convertido en mí. ¿Veis que convertirse en Buda no requiere “esfuerzo” como vosotros pensáis, sino la entrada suprema en la unión que dice “NO” a todo lo que no es real, a todo lo que es maya? Tocad la tierra con el mudra vajra para decir no a todo lo que os impide uniros con el Amado―el corazón y mente mismos de Dios. Decid “Sí” a la corriente pura de esa Mente que sería vuestra mente por congruencia, por la confluencia del amor como propio.
Yo Soy el Buda del Rayo Rubí. ¡Yo otorgo luz! Yo entrego los fuegos del corazón de Dios. Yo expreso amor como el más puro amor que podáis conocer―amor supremo que no puede ser apagado, porque consume y crea, crea y consume, consume y crea―hasta que vuestro corazón es ese corazón pulsante que todo lo sabe. Sí, vuestro corazón todo lo sabe. Conoced vuestro corazón y todo lo sabréis.
¡Yo he venido! El murmullo de la luz continuará desde este punto, y las ondas de amor continuarán expandiéndose más y más. Espero que las podáis sentir y conocerme como vuestro propio Ser, como Corazón, como el Todo, amados. Om.