martes, 21 de octubre de 2014

La Felicidad y el Sendero Divino



¡YO SOY Zarathustra!
Vine esta tarde a dar una pequeña Enseñanza. Nuestra conversación no los cansará. Seré breve.
Hoy se les dará el entendimiento de cuántas cosas a su alrededor pueden ser cambiadas y necesitan ser cambiadas.
Imaginen que se encuentran en una isla desierta. No tienen ninguna de sus cosas usuales, sin embargo, tratan de recordar, extraen el conocimiento desde el fondo de su memoria de lo que necesitan para sobrevivir en esta isla desierta.
Su civilización tiene muchas cosas diferentes, muchos entretenimientos, todo tipo de juguetes para
adultos, pero para que ustedes puedan existir realmente no necesitan mucho. Hay un mínimo de cosas
que necesitan y es suficiente. Y si lo piensan, después de una corta reflexión entenderán que todo lo que les rodea, todo lo que tienen, no los hace felices.
Así que, ¿Qué es la felicidad?
Para cada uno de ustedes la respuesta será diferente. Y si necesitan comprar algo para hacerlos felices, un carro, un departamento, una casa en el campo, una oportunidad de viajar o tener acceso al
entretenimiento, debo decirles que de esta forma nunca alcanzarán la felicidad. Esto es porque tendrán que comprar una cosa tras otra, una baratija tras otra y buscarán más y más placeres sutiles en la vida, sin embargo cada vez que obtengan otra cosa o entretenimiento, inmediatamente perderán su interés en él y se apurarán a buscar otras cosas. Y así, en esta búsqueda de espejismos, seguirán por una o dos o hasta más encarnaciones.
Están tratando de encontrar la felicidad fuera de ustedes. Pero la felicidad es un estado de conciencia. Y cuando están verdaderamente felices, no necesitan nada, están satisfechos y listos para compartir su alegría con el mundo entero.
¿Cuántos de ustedes tienen este estado de felicidad interna en sus corazones? No encuentran extraño
que lo menos caro, lo que es gratis, no está disponible para la vasta mayoría de la gente de la Tierra?
¿Por qué ocurre esto? Es porque su civilización, desde la niñez, dirige a la gente hacia la compra y
consumo de beneficios de la civilización. Y no hay límite a las cosas más y más nuevas, nueva diversión, que su mente carnal quiere obtener.
Deténganse a pensar. Hay algo equivocado en todo esto. Existe una salida de esta jaula, donde corren en círculos como una ardilla, encarnación tras encarnación. Y el camino fuera está en su mente.
Deténganse a pensar. Su mundo se ajusta obedientemente a su conciencia. Reciben lo que sea que se
les presenta del mundo externo. Por lo tanto, si logran cambiar su conciencia, cambiar el vector de susaspiraciones, entonces la materia, aunque de manera lenta, empezará a moverse y conformarse al nuevo nivel de su conciencia.
Empiecen con una cosa muy simple: examinen qué es lo que los hace felices de todas las cosas que
tienen, ¿de qué cosas que poseen se pueden deshacer fácilmente?
Muchos de ustedes pueden pensar un poco y decir que de hecho no tienen nada extra, y que necesitan
para su vida todo lo que tienen.
Recuerden el ejemplo de la isla desierta que les di al principio de nuestra conversación.
Necesitan esforzarse por una forma de vida más simple. Entonces, cuando su conciencia empiece a
cambiar, se darán cuenta que tienen mucho tiempo libre que no tenían antes. Y desarrollarán el gusto por una dieta apropiada, por la música armónica. Dejarán de llenarse de estimulantes impulsados por la furiosa carrera de la vida. Entenderán que sexo no es amor. Harán muchos descubrimientos en su vida.
Pero primero deben tomar la decisión de tratar de dirigir su conciencia hacia el Sendero Divino.
Dicen que necesitan evidencia del Camino y que necesitan indicadores de dónde se encuentra este
Camino.
De hecho, todos los indicadores se localizan en su interior. Y si escuchan con cuidado a su voz interna, entonces muy pronto sabrán en dónde se encuentra el Sendero Divino.
Aún aquellos que no creen en nuestros mensajes y que generalmente están alertas a las variadas
enseñanzas y creencias, al menos una vez en su vida han escuchado una pista de su interior de cómo
actuar en una situación difícil en sus vidas. Siempre saben muy bien qué hacer y cómo actuar. Pero
entonces interviene su mente carnal y susurra a gritos: “¡Qué, estás loco? No te conviene. De qué tipo de conciencia hablas? Qué tipo de dignidad? Perderás tu trabajo (u otra cosa con un mítico valor en su mundo)”.
Y siguen escuchando a la lógica humana y pierden la oportunidad de actuar de acuerdo a la Ley Divina.
A primera vista, seguir el Camino Divino no les trae ningún beneficio en su mundo, tampoco el dinero o la fama. Más bien, se privan de muchas cosas que son consideradas prestigiosas en su mundo.
Pero adquieren otros valores. Adquieren felicidad, paz en su mente y son capaces de experimentar un
verdadero sentido del Amor.
No encontraran indicadores del Camino Divino en ninguna parte. Pero en sus corazones siempre están presentes un compás y mapa del Camino Divino, desde su nacimiento hasta su transición. No hay nadie fuera de ustedes a quien culpar si no usan su conocimiento interno y si siguen el camino que “todos siguen”.
No traten de caminar en el sendero ancho que no lleva a ningún lado. Caminen sobre el sendero angosto, el que apenas se distingue que los lleva a la vida eterna.*
He dicho suficiente para aquellos que pueden entender.
Deseo que salgan de la jaula y encuentren la felicidad!

YO SOY Zarathustra