lunes, 18 de mayo de 2015

El Amor de Dios dentro del Silencio




Mis Amados Chelas:
Hoy vengo como vuestro Amigo, con profunda gratitud por la oportunidad de hablarles. Me conocen como un Maestro, porque ha sido mi privilegio trabajar con los chelas durante muchos siglos. Yo he  escrito muchas lecciones para los estudiantes y esta es una fase de enseñanza que siempre he disfrutado y todavía lo hago cuando se me presenta la oportunidad. Muchos de ustedes han presentado el pedido a niveles internos para tener la oportunidad de conocerme mejor y quiero agradecerles desde el centro de mi corazón que sintieran y expresaran este deseo. Es un gran honor tener a alguien que desee conocerme y YO SOY feliz de reconocer vuestro amoroso deseo.
Siempre he sido de una naturaleza quieta, aún mientras caminaba la Tierra en la encarnación física y esa es aún mi forma. Entrar en el profundo Silencio de Espíritu fue mi más fuerte deseo desde el momento que esto existió y cuando finalmente llegó el momento, cuando esto pudo suceder para mí, fue el más profundo gozo y cumplimentación que hubiera experimentado. Quizás fue más fácil para mí que para muchos llegar a ese glorioso estado del Ser, debido a mi naturaleza completamente calma. Mientras otros humanos se esforzaban para obtener atención desde el mundo, Yo encontré que era más feliz sin ella. ¡Si hubiese habido cámaras en aquellos tiempos, YO SOY seguro que hubiese huído de alguien que enfocara una hacia mí!
Les digo esto, no sólo para que tengan una idea sobre mí sino también para dejarles una lección. Eso es todo. Toda la gente tiene sus propios modos de ser y sus preferencias, pero ningún modo es mejor que otro. Por ejemplo, no es mejor ser de una naturaleza muy calma ni es mejor ser lo opuesto. Hay muchos modos de ser y es bueno estar en paz con vuestro propio natural modo de ser. Sin embargo, es necesario aprender a estar contentos con el modo de ser de otras personas, aún cuando sea muy diferente al de ustedes. Esta es una de las lecciones de vida que puede parecer difícil de aprender, pero hasta que sean capaces de hacerlo así, no podrán seguir adelante.
Siendo un hombre calmo, mi lección fue aprender a aceptar y ser tolerante con aquellos que eran opuestos a mi naturaleza. ¡Raramente fui paciente con aquellos que me parecían de una naturaleza frívola, ni ellos fueron felices en mi compañía! ¡Mientras Yo estaba ocupado aprendiendo esta lección YO SOY seguro que ellos estaban aprendiendo a adelantar conmigo! ¡Ahora puedo hablar con humor y con amor, pero Yo sé que estas lecciones no son fáciles, excepto después de haber sido aprendidas!
La Gran PRESENCIA “YO SOY”, en su perfecta sabiduría, sabe dónde pertenece cada uno, y dónde puede aprender mejor las lecciones todavía requeridas para lograr la maestría individual. Cuando hube aprendido muchas lecciones, habiendo caminado lo que parecía para mí, un largo y arduo sendero y dominado muchas de mis propias energías, aún tuve una dificultad que me enfrentaba. Fue verdaderamente difícil para mí ser tolerante y permitirme solo amar, a aquellos a quienes Yo sentía les faltaba una cierta dignidad y reserva de lo natural.
Así fue que, permaneciendo en el propio borde de mi ascensión, debería haber sido devuelto, excepto por la Gracia de Dios. Yo fui llevado en ese mismo momento, dentro del Profundo Silencio Cósmico del Universal “YO SOY”. Mientras estaba allí, Dios me colmó con tanto Amor, que transmutó hasta el último vestigio de juicio e intolerancia que había quedado testarudamente dentro de mi conciencia. ¡Si pudiese describir esta experiencia, no lo haría, porque nunca podría negarle a ningún hombre su momentum de Suprema Unidad y Gozo!  Yo no sé cómo esto llegará a ustedes, pero les diré esto: cuando experimenten el Amor de Dios dentro del Silencio de vuestra propia alma, nunca más podrán sentir nada más que amor por cualquier parte de vida y toda necesidad de juzgar a otra persona desaparecerá completamente. ¡Entonces, queridos amigos, verdaderamente sabrán lo que es la Libertad Espiritual! 
Busquen lo más elevado en cada persona que encuentren. Busquen el bien en ella y no se detengan en lo que aparentan ser sus defectos. Den este paso y ofrezcan a cada uno lo mejor que puedan. Yo los asistiré, porque esa ha sido mi promesa desde que se me dio el Gran Regalo de la Gracia de Dios. ¡Estarán contentos si siguen mi consejo y así, mis queridos amigos, Yo estaré! 
Saludo la Luz dentro de vuestros corazones.
YO SOY” Dwjal Khul