viernes, 30 de diciembre de 2016

Limpieza karmica anual




Una de las más bellas actividades relacionadas con el cierre del ciclo anual es la ceremonia mística mediante la cual los Señores del Karma cierran el Libro de Vida individual para toda corriente de vida encarnada sobre la Tierra durante los doce meses que han transcurrido. Esta ceremonia tiene lugar la última noche del año viejo en el gran Templo del Karma, ubicado en el cinturón etérico. Es un servicio particular para individuos encarnados y, aunque se incluye a quienes han tenido alguna parte de una encarnación dentro del año, no incluye a los desencarnados ni a quienes no han tenido una experiencia activa en la Tierra durante al menos una hora en esos doce meses. Este es el oficio misericordioso del Tribunal Kármico, y es realizado con el fin de permitir a las corrientes de vida de la raza ser liberadas de una porción de los errores y equivocaciones del pasado año, cometidos no tanto por desobediencia voluntaria a la Ley, cuanto por falta de discernimiento, discreción y discriminación. En otras palabras, la mitigación de los efectos negativos se aplica únicamente a aquellos cuyas causas fueron motivadas sin intención de hacer mal pero que, no obstante, a menudo produjeron innecesaria confusión y angustia tras de sí. Estarían sorprendidos y complacidos al saber que casi un cuarto de la herencia kármica de la raza es causada por “estupidez” en vez de por desobediencia voluntaria de la Ley invisible o manifiesta, y la Misericordia del Tribunal Kármico (desde el principio de los experimentos de la humanidad con la Ley de Causa y Efecto) siempre ha permitido, al cierre del año, esta misericordiosa disolución del castigo kármico mediante este relajamiento, lo cual explica la liviandad con que el individuo entra al Nuevo Año --- lleno de esperanza, resoluciones y deseos fuertemente incrustados para mejorar su naturaleza, carácter y expresión manifiesta. Hay más de cuatro millardos de almas (hoy en día son más de siete mil millones encarnados) que reciben la beneficiosa Misericordia del tribunal Kármico durante esta ceremonia. Cada corriente de vida --- desde el salvaje ignorante hasta los más electos y selectos estudiantes --- pasan por los Salones del Karma, y su carga es aligerada de acuerdo a la intención de sus motivos durante los pasados doce meses. De esta manera, todos son capaces de entrar alegremente a los Concilios del Año Nuevo y recibir el más grande beneficio posible de las energías dirigidas desde los Maestros, quienes establecen la llave tonal para el año entrante. 

Porcentaje de Gracia 
Los mismos Señores del Karma, permiten a las corrientes de vida de cada individuo, al cierre de cada año, un cierto porcentaje de gracia y misericordia que mitiga desde uno hasta cuarenta o cincuenta por ciento de las deudas kármicas del año; y esta misericordia es siempre cotejada con los motivos detrás de toda acción. Después que los Señores del Karma han medido la luz de la corriente de vida, cada quien es entonces colocado dentro del Fuego Ceremonial de Purificación, el cual es proyectado y sostenido --- ¡por supuesto! --- bajo la dirección de Saint Germain, con la ayuda y dirección y sostenimiento del Fuego Sagrado en su aspecto purificador. 
De esta manera, consciente o inconscientemente, cada corriente de vida sobre el Planeta percibe y evidencia en su propio cuerpo la acción purificadora de los Siete Rayos al cierre de cada año, y el alma y los cuerpos internos salen de esta purificación con una mayor oportunidad para progresar y menos acumulación de naturaleza limitante. Ha de quedar entendido, por supuesto, que cada corriente de vida recibe la última porción de Misericordia y Gracia de acuerdo a lo que su propio mérito del pasado año ha permitido. Si no fuera por la purificación anual, la humanidad detruiría en siete años su mente, sus cuerpos y su posible servicio útil para esa encarnación. En cierta medida, esto presta el mismo servicio con que cada alma es bendecida al cierre de cada encarnación, cuando, por medio del Fuego Purificador de Misericordia Cósmica, es liberada del karma de ese lapso de vida, que fue creado más por ignorancia y estupidez que por intención consciente de hacer el mal. Éste es el Confort y la Misericordia que el Padre de Amor ofrece a Sus hijos, y es la única esperanza de supervivencia de la vida en el Planeta. La naturaleza de Mi oficio requiere de Mi Presencia en el salón de los Señores del Karma durante cada juicio individual, ya que cada corriente de vida está bajo Mi propia radiación y es importante que Yo vea lo que el año ha producido en cuanto al crecimiento del alma y la expansión posible de la luz.