viernes, 27 de mayo de 2011

El Pasado, el Presente y el Futuro

Elizabeth Clare Prophet
del libro Conexiones con otras vidas ( extracto )



Según la Ley del karma, los pensamientos, palabras y obras pasadas han determinado las circunstancias de la actual.
Y los pensamientos, palabras y obras de esta vida determinarán el destino de las futuras. ¿Vidas pasadas y futuras?
Mientras que algunos ya crean en la reencarnación, para otro puede tratarse de un concepto nuevo.La reencarnación se contempla en nuestro planeta de modos diferentes. 
Antes de la llegada del cristianismo, la reencarnación formaba parte de las creencias espirituales de la mayoría de los pueblos de Europa. Josefo, historiador judío del siglo I d.C. indicaba que los Fariseos y los Esenios creían en la reencarnación. Algunas tribus de Indios Americanos, así como numerosas tribus de América Central y del Sur, creían también en la reencarnación. Los estudiantes de la Cábala, un antiguo sistema de misticismo esotérico judío cuyas enseñanzas fueron publicadas por primera vez en el siglo XIII, la enseñaban. Dicha creencia forma todavparte del movimiento hasídico judío, el cual se fundó en el siglo XVIII.
Actualmente, más de cien tribus africanas creen en la reencarnación. Otras tribus esquimales y de Australia Central, además de muchos pueblos del Sur del Pacífico, incluidos los hawaianos, tahitianos, melanesios y okinawenses, acogieron también esa creencia. Los conceptos de la reencarnación más elaborados y desarrollados hoy día se encuentran en las tradiciones religiosas de la India, sobre todo en el hinduísmo, el budismo, el jainismo y la religión “sij” (o sikh).
Ciertos personajes históricos famosos creyeron en la reencarnación. Entre ellos cabe citar a Pitágoras, Platón, Orígenes de Alejandría, Nietzche, Ralph Waldo Emerson, Hahlil Gibrán, Benjamín Franklin, el George Patton y Henry Ford, entre muchos otros.

Las enseñanzas de Jesús sobre la reencarnación
Muchas personas señalan que la reencarnación no la menciona la Biblia y que Jesús no la enseñó, y por tanto, no es real o verdadera. No obstante, los estudiosos que han examinado diversas tradiciones de la Biblia han averiguado que los miles de manuscritos que existen del Nuevo Testamento y las miles de citas bíblicas que se conservan en escritos antíguos difieren los unos de los otros en unos doscientos cincuenta mil puntos.
Se efectuaron muchas alteraciones que eliminaron ciertas partes e incluso libros enteros, algunas intencionalmente y otras no. Desde el concilio de Nicea del año 325 d.C hasta el quinto concilio general de la Iglesia celebrado en 553, se eliminaron de la Biblia y de la fe cristiana enseñanzas claras sobre la reencarnación. A pesar de ello, existen todavía referencias en la Biblia que sustentan la hipótesis de que Jesús creía en la reencarnación.

El hombre que nació ciego (Juan 9:1-3).
Según el evangelista Juan, Jesús no hizo de la reencarnación una cuestión relevante, pese a que la aludida conversación entre sus discípulos se basaba en el conocimiento del karma y la reencarnación. No los corrigió ni los reprendió. Simplemente respondió que no se trataba de ninguna de las situaciones que ellos habían mencionado. El hombre no había pecado. Sus padres no habían pecado. Más había nacido ciego en esta encarnación por su libre albedrío para que Jesús pudiera curarle y para que la obras de Dios se manifestaran en él y la Gloria de Dios pudiera ser revelada. Este episodio parece indicar que la discusión sobre el tema de la reencarnación entre Jesús y sus discípulos bien pudiera haber proseguido.

El regreso de Elías
 Tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, bajaban del Monte de la Transfiguración junto a Jesús. En la montaña los discípulos habían visto a Moisés y a Elías aparecércele y a hablar con él.
Elías es el nombre griego del profeta que vivió en el siglo IX a.C. Los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?, refiriéndose a la profecía de que este vendría antes que el Mesías para prepararle el camino. Es decir, le estaban preguntando porque Elías se apareció a Jesús desde el cielo en lugar de venir antes que él, tal como estaba profetizado. Jesús respondió: “Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo.
Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.” Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.(Mateo 17:11-13).
Comprendieron que se refería a Juan el Bautista porque ya conocían la doctrina de la reencarnación. La creencia misma que existía entre los Judíos en tiempos de Jesús de que el profeta Elías vendría de nuevo como precursor del Mesías muestra que creían en la reencarnación. Así que cuando Jesús dijo “vino ya”, estaba diciendo ni más ni menos que Elías ya había reencarnado en Juan el Bautista.

Déjà Vu


¿Has hecho alguna vez algo o has ido a algún lugar que te resultaba familiar, como si ya lo hubieras hecho o como si hubieras estado allí antes?¿O has conocido a alguien que tenías la sensación de que ya le conocías? Casi todos hemos tenido experiencias de este tipo. Se las conoce como Déjà Vu, término que procede del francés y que significa “ya visto”.
Algunos lo minimizan restándole importancia al asunto, mientras que otros se dan cuenta de que el karma y la reencarnación bien podría ser la razón de tal familiaridad.
Ello obedece a que esas personas y lugares quizás hayan constituido una experiencia real durante una vida pasada. El alma las reconoce y trata de transmitir a la mente consciente que no son nuevos para ella.

Aparentes injusticias
Cuando el estudiante espiritual se asoma al mundo y ve tantos miles de millones de personas, le asaltan muchos interrogantes. El corazón y el alma le dicen que Dios es amoroso y que el universo está lleno de Luz.
Sin embargo, el intelecto pregunta: “Entonces, ¿Por qué ciertas personas nacen en la riqueza y son bien parecidad y, por el contrario, otras nacen con deformaciones y en las peores circunstancias? ¿Por qué hay gente brillante y otros son retrasados mentales?¿Por qué unos duermen mientras duermen y otros, en la guerra?”
No existe explicación más lógica para tales diferencias que el karma y la reencarnación. Dotan de sentido a todos esos interrogantes. Eliminan las aparentes contradicciones entre un Dios amoroso y lo negativo que hay en el mundo. Mediante las elecciones hechas con el libre albedrío hemos utilizado la Luz del universo y creado las circustancias actuales de nuestra vida.
Las diferencias que acontecen en el presente reflejan las acciones del pasado que vulven al punto de origen: El karma y la reencarnación. Aunque las razones de esas diferencias no siempre se ven en el presente no cabe hablar de injusticia en el momento en que somos conocedores de la extensión de los ciclos y del karma del pasado que conduce a ellos.

Niños prodigios


Es natural preguntarse donde obtienen los niños prodigios su asombroso talento. Mozart, por ejemplo comenzó componiendo minuetos a la edad de 3 años y terminó su primera sinfonía a los 5. ¿Pudo venirle ese extraordinario talento de sus padres, de un aprendizaje temprano o del entorno?
El logro de vidas pasadas nos ofrece la explicación más plausible a esos niños prodigios, cuyos excepcionales talentos no parecen tener otra justificación. Ese tipo de niños es poco común debido a su edad. No obstante, son un ejemplo de que podemos acceder a nuestros propios talentos prodecentes de otras vidas atrayéndolos del Cuerpo Causal, donde se hallan almacenados.

Recuerdos de vidas pasadas
Algunas personas recuerdan vidas pasadas. Tales individuos reciben un trato social muy diferencial: hay quienes los ponen en un pedestal, otros los ven como psicologicamente desequilibrados o locos, o hay incluso algunos que los ignoran por miedo.
De cualquier modo, observar los recuerdos de una vida pasada de quien sea puede ciertamente cambiarnos la vida. Pero, ¿por qué no todos tenemos tales recuerdos? La Ley Cósmica con su infinita misericordia cubre con un velo el pasado de la mayoría de nosotros.
Tal misericordia en que consiste el olvido nos permite vivir cada episodio del presente libres de los recuerdos minuciosos del pasado que pudieran confundir las cuestiones del presente o nublar nuestras decisiones.
Recordar vidas pasadas a menudo depende de las necesidades del alma. No obstante, lo cierto es que, lo recordemos o no, los registros de nuestras encarnaciones pasadas yacen en las profundidades de nuestra alma e influyen en nuestras elecciones, actitudes y personalidad del presente.

Por qué reencarnamos



Los ciclos de la Vida son contínuos. Nuestra alma no comenzó cuando nacimos, ni acabará cuando muramos. Lo ideal es que consiga aumentar su Luz en cada ciclo de experiencia acumulada.
Necesita el tiempo necesario que le permita reunir la suficiente Luz y alcanzar el nivel de madurez espiritual preciso para lograr la unión con la Presencia YO SOY. Y una sola vida, simplemente no vasta.
Además de hacerle falta para reunirse con su fuente divina, el buscador necesita tiempo para saldar el karma negativo que ha hecho. De manera que la Ley del karma se cumple a través de la Ley de la reencarnación. 
Ten presente que karma no es sinónimo de determinismo, sino que determina las circunstancias del nacimiento (los padres, la salud, las oportunidades de la vida, etc), pero no las acciones. Es decir, propicia la situación, pero no la respuesta a esa situación. De modo que se produce una elección conforme al libre albedrío cuando el karma negativo retorna: o bien se salda o paga la deuda, o no.
La reencarnación ofrece al alma la oportunidad de aprender las lecciones que el karma de retorno, bueno y malo, trata de enseñar con rigurosa disciplina. Si, una vez que surge la oportunidad en una vida determinada, se escoge no saldar el karma, la reencarnación concede otra oportunidad.
La reencarnación es también un método cósmico de Misericordia cuyos ciclos configuran el marco para que el alma alcance madurez espiritual. Le confiere tiempo para que pase por las distintas experiencias de ser hombre y mujer, rico y pobre, o de diferentes nacionalidades, entre otras. Así mismo, le da la oportunidad de toparse con las innumerables circunstancias que le ayudarán a aprender sus lecciones kármicas a fin de que pueda avanzar.
La reencarnación le permite a uno sacar provecho de las anteriores cosechas de talentos y buenas obras. Permite absorber poco a poco la conciencia divina hasta convertirse en la totalidad del Yo Crístico. Proporciona el tiempo que el alma necesita para realizar su misión. Todo eso ha de hacer si quiere prepararse para la Ascención, terminar con las rondas de reencarnación y vivir en los reinos de conciencia superior.