domingo, 21 de noviembre de 2010

Eterealización Divina

Serapis Bey 
 Tomado de "  Diario del Puente/Serapis Bey"
  

.........La eterealización —regresar la sustancia de la forma a Lo Universal— también es un aspecto del Amor Divino utilizado por los Maestros Ascendidos, los Seres Cósmicos y la Hueste Angélica. Consideramos que la vida y regalos de Dios son tan preciosos, que ni siquiera soñaríamos en utilizar esa vida en ninguna esfera durante más tiempo de lo requerido para sostener alguna bendición para el universo. El Amor Divino utiliza la vida inteligente para crear formas como centros irradiantes a través de los cuales bendecir al universo. Cuando esa bendición es completada, amamos a la Vida lo suficiente como para liberarla (eterealizándola) de manera que pueda ser devuelta al Sol del sistema para su repolarización y, en un tiempo posterior, ser utilizada de nuevo por otra inteligencia para alguna otra forma que pueda necesitarse según los requerimientos de la Hora Cósmica. 


.........""  Dar,no agarrar "  es la Ley de la Presencia "  YO SOY" Universal, e igualmente es la Ley de nuestro Ser. A veces la sabiduría de la Ley requiere que Nosotros ya sea retengamos o retiremos un regalo de alguna corriente de vida a fin de enseñarle una lección a dicho individuo, ya que una ausencia siquiera temporal de la posesión de tal regalo a menudo despierta al individuo a la verdadera valía de esta bendición que fue dada con amor en el servicio de otros, sostenida por ese Amor, y ofrecida a través de dicho Amor solamente para enriquecer la conciencia colectiva de la raza. Tal eterealización no habrá de ser considerada jamás como un castigo.


Está diseñada para ser siempre una oportunidad para expansión espiritual mediante el desarrollo de una apreciación consciente del valor de un regalo o talento, el cual había sido recibido de manera extremadamente casual, y absorbido ya sea por corrientes de vida individuales o por la raza como un todo. La eterealización es una actividad consciente de la Divinidad, y es menester que no se le confunda con desintegración ni decadencia.