YO SOY Madre María, habiendo venido a ustedes otra vez. La
fragancia de rosas acompaña mi venida.
Ustedes no son capaces de sentir nuestra
presencia cerca, ni los signos que les damos sin descansar. Sin embargo, hay algo que se está
volviendo evidente y es casi imposible de ser escondido aun por la conciencia de aquellos
individuos que están lejos de cualquier interés en la religión, Enseñanzas de Maestros
Ascendidos u otras doctrinas y corrientes nuevas. Y ese algo se manifiesta en una vida muy
ordinaria. De repente entre el alboroto de sus días, levantan sus cabezas y descubren el
signo de nuestro mundo. O de repente sin ton ni son llegan a un lugar poco familiar para
ustedes y tratan de recordar cómo es posible que conozcan este lugar. Nunca han estado ahí.
Sin embargo este lugar es
extremadamente conocido por ustedes. Y de repente empiezan a
recordar un artículo que leyeron acerca de encarnaciones pasadas y un escalofrío
empieza a recorrer su columna vertebral, porque han recordado este lugar, y las imágenes
de sus vidas previas han emergido justo ante sus ojos.
Y aun cuando ustedes no creen en ningún misticismo, a veces
tienen que confesarse a si mismos, aunque con miedo, que han experimentado un contacto
con el mundo sutil.
Verán, mis amados, que tan cerca están nuestros mundos. Y
ven, mis amados, como se han acercado en estos años recientes.
Ustedes saben que yo aparezco ante muchas personas. Y eso
ocurre gracias a la gran misericordia de Dios. El me da esta oportunidad porque la
gente de la Tierra tiene una constante necesidad de signos y de recordarles
constantemente que hay otro mundo, uno más elevado, al que aspiran las almas de los mejores
representantes de la humanidad.
En un momento, cuando empiecen a pensar en nuestro mundo,
ustedes empezarán a notar sin falla nuestros mensajes, los cuales dejamos aquí y allá,
aún entre sus cosas. ¿Alguna vez han tratado de hablar con los ángeles? ¿Alguna
vez les han pedido a los ángeles que les ayuden a encontrar cosas que han perdido?
Traten de entrar en contacto con ellos. Es un tiempo especial el de la Navidad y los
milagros se vuelven más reales que nunca.
He venido este día y les he traído mi estado de ánimo,
claridad y Amor tierno, los cuales envuelven mi corazón.
No se pueden imaginar lo alegre que es para mi por fin haber
venido a la Tierra a través de nuestra mensajera y dar nuestros mensajes a través
de ella.
No se pueden imaginar lo significativa que es esta victoria
para los Cielos, sentir el reconocimiento de nuestra mensajera. Y este reconocimiento
se ha manifestado en el plano físico a través de una casa para trabajar y meditar,
mientras que en el plano sutil se ha vuelto una oportunidad Divina, que obtuvimos para el planeta y para el
trabajo en esta tierra.
Todos los esfuerzos que ustedes hacen no son en vano.
Imagínense a los ángeles, que reúnen cada partícula de energía de Amor y Gratitud enviada
por ustedes hacia los Cielos.
Para el final del año, ellos reúnen almacenes enteros de la
energía enviada, y la Junta Karmica en su sesión anual de fin de año, que ya ha
empezado, tiene la oportunidad de dirigir esa energía y enviar nuevas dispensaciones y nuevas
oportunidades a la humanidad de la Tierra.
He venido este día a agradecerles por el trabajo que han
realizado durante este año. Siento una especial gratitud hacia aquellas almas que han leído
Rosarios sin descanso durante todo el año, y les agradezco a todos ustedes porque yo tengo la
oportunidad de usar esta energía de Amor que he recibido para ayudar a la humanidad de la
Tierra.
Pídanme ayuda en sus oraciones. Yo tengo la oportunidad de
ayudarlos. Y lo hago con placer, cuando su karma permite que la ayuda sea provista.
Sin embargo, en casos especialmente serios, se necesita de una energía adicional.
Y estoy muy contenta de que sus oraciones, que me enviaron en la Hora de Gracia el 8 de
diciembre, me permitieron proveer ayuda a muchas almas.
Les doy las gracias.
Ahora, al final del año, toda la energía de sus oraciones y
toda la energía del Amor que le envían a la Madre Tierra, a nosotros, las Huestes
Ascendidas, de acuerdo a la decisión de la Junta Karmica, será utilizada para nuevas dispensaciones
para el desarrollo de nuestra representación en la Tierra. Y esperamos que con su ayuda y
la ayuda de nuestra mensajera, podamos crear nuevos focos de Luz y propagar el
efecto de este foco sobre todo el planeta Tierra.
He venido en este período oscuro del año en el hemisferio
oeste. Sin embargo, espero que al igual que después de estos momentos oscuros, inevitablemente
viene la primavera, también venga la primavera de la conciencia humana, y en el corazón
de cada hombre encarnado en la Tierra en este difícil momento, una puerta se abra un
poco, a través de la cual la Luz de los Cielos se derrame en el mundo de cada uno de ustedes.
Espero esto, y cada vez que vengo me siento mas y mas segura
en la Tierra, porque su Amor y devoción me permiten estar entre ustedes y proveer
ayuda apreciable. Oh, no hay mayor placer para mi, que proveer ayuda para aquellos que
tienen necesidad, cuando lo puedo hacer.
No ahorren la energía de sus oraciones y no ahorren su Amor,
que cuidadosamente es usada para las bendiciones del planeta Tierra.
Y ahora ha venido el momento de despedirnos. Sin embargo,
espero que me sea permitido
venir a ustedes una y otra vez a través de la Mensajera.
Porque muchos otros Maestros también
quieren entrar en contacto con ustedes a través del corazón
de nuestra mensajera y darles sus instrucciones y sus energía y su Amor!
El contacto con la humanidad de la Tierra es necesario para
muchos Maestros Ascendidos.
Gracias a este contacto, las Huestes Ascendidas son capaces
de realizar sus tareas con mas éxito, las cuales deben ser cumplidas en la Tierra en el
tiempo mas cercano.
Yo los dejo, y al irme les envío todo el Amor de mi corazón.
Con amor para ustedes, su Madre María.
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