Dentro de la conciencia de todo ser humano hay un punto de
contacto con el mundo físico de forma así también como con nuestro Dios
Madre–Padre.
Cada corriente de vida prosigue a través del universo guiada
por uno o el otro, y frecuentemente por ambos, tomando el sendero hacia arriba
o hacia abajo de acuerdo con sus elecciones y los impulsos del momento dado.
Cuando cada alma despierta a la existencia comienza a buscar
una guía, se conecta con la energía, vibración y conciencia de uno del
ilimitado número de divinos maestros, protectores y amigos, en o fuera de
encarnación por todo este universo, que existen sólo para servir a la vida.
Así el alma se desarrolla y el espíritu se hace más fuerte.
¡Así continúa el proceso del natural desenvolvimiento de la evolución humana de
acuerdo con la Ley Cósmica! Cuando la Luz interna de un individuo crece y éste
acepta la realización de la existencia de su propia Divina Presencia, la
expansión de su Luz se vuelve el factor motivador de su desarrollo
espiritual...
Toda corriente de vida sobre el Sendero, antes o después,
llega a un cierto punto donde comienza a volverse hacia la “tranquila pequeña
voz” dentro de su corazón; al principio el individuo comienza a confiar en la
intuición, luego en la inspiración, y más tarde aún, en ese contacto conciente
que precede a la propia maestría conciente, el logro de lo que será su divina libertad de todos los limitantes
conceptos y formas humanas.
Este es el punto más difícil sobre el sendero espiritual,
amados, y cuando lleguen a este lugar donde plenamente entren al Corazón del
Gran Silencio, donde comulguen directamente con vuestra propia Divinidad, deben
ser extremadamente sabios, alertas, cuidadosos y conocedores de la respuesta
que recibirán, primero de todo de vuestros propios cuerpos, porque son un tan
complejo mecanismo – un múltiple ser de Luz. Considerando la gloria y divinidad
de vuestro Cuerpo Electrónico, vuestro Cuerpo Causal y vuestro Santo Ser
Crístico, ellos nunca pueden conducirlos por mal camino. Vuestros cuerpos
inferiores tienen voz, conciencia e inteligencia propias y estas voces,
conciencias e inteligencias frecuentemente se esforzarán en servir a sus
propios fines egoístas a través de ustedes.
Uno de los principales requerimientos para adelantar en la
maestría espiritual es la discriminación, ya que ustedes deben aprender siempre
a reconocer la Voz del Silencio. Sepan que todos los impulsos que remarca o
exagera el ego humano no es la voz de vuestra Divina Presencia, sino más bien
los ruidos etéricos de vuestras propias pasadas experiencias, los deseos
emocionales de vuestro mundo de sentimientos, conceptos mentales y percepciones
de vuestras vidas pasadas. Todos se han sentado ante muchos maestros y líderes
que les han dado verdades y mentiras y estas ideas pueden o no estar actuando.
Ellas pueden también entrar en vuestros cuerpos mentales y emocionales y en
vuestras conciencias etéricas donde se solidifican y yacen dormidas por siglos.
Mientras la sagrada llama dentro de ustedes comienza a crecer y a expandirse,
todos estos conceptos son revividos y llegarán al frente de vuestra conciencia
en tiempos apropiados e inapropiados. ¡Como chelas deben aprender a
reconocerlos por lo que ellos son y por lo que no son!
Recuerden siempre que la pequeña calmada voz interior que
los hace humildes, amorosos, puros, y
armoniosos es de nuestro Dios Madre–Padre.
Sentimientos tales
como estos que se mueven dentro de vuestro corazón, que desean hacer de la
Tierra un planeta de gran Luz, que aligeran las cargas de vuestros compañeros
de la humanidad, que elevan a aquellos en el
dolor y el sufrimiento hacia el entendimiento y la paz es de la Luz.
¡Eso que disminuye la personalidad inferior e incrementa el
poder de lo divino, verdaderamente es de Dios!
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