sábado, 19 de abril de 2014

Feliz Pascua de Resurrección !



La Llama de la Resurrección fue inicialmente atraída a la atmósfera del planeta Tierra por el gran Krishna, quien al ver que las sombras de los pensamientos y sentimientos humanos tomaban forma en la conciencia del hombre, supo que el fruto de esa semilla sería la enfermedad, desintegración y descomposición; y más aún, supo que sería menester proveer algún medio de restauración para estos hijos caídos de Dios, en caso de que desearan regresar a su estado Divino natural.
Cuando un gran ser solicita al Corazón de la Creación, el privilegio y honor de encarnar alguna Cualidad Divina con Su inteligencia vital individual, debe tomar el voto de permanecer como la presencia Guardiana de esa Llama, renunciando a su liberación y descarga jubilosa dentro de los Ámbitos Superiores, hasta que algún espíritu voluntario desde la raza a la cual Él sirve escoja relevarlo de Su Fideicomiso y convertirse en esa presencia guardiana en su lugar. De esta manera, no es a la ligera que Grandes Seres solicitan exilio voluntario de la paz, de la gloria celestial, para custodiar y sostener un Foco de Luz sobre el cual la humanidad puede girar en su hora de necesidad, especialmente cuando, durante incontables centurias de tiempo, ni siquiera un solicitante de la raza pide la radiación beneficiosa de esa Llama o muestra un interés pasajero en su presencia y en el regalo que dicha Llama trae para liberar la Vida.
Sin embargo, a través de las centurias, los grandes MaháChohanes de cada era han aprovechado el tremendo poder de la Llama de la Resurrección para llevar el Reino de la Naturaleza a una nueva vida cada primavera, y los constructores de la forma han utilizado los poderes de la Llama de la Resurrección al crear nuevos templos o cuerpos para las almas evolucionantes de la humanidad. 
El amado Maestro Jesús y su madre, María, solicitaron al gran Padre de Luz el privilegio y la oportunidad de relevar al anterior guardián de la Llama de la Resurrección, ofreciéndose a ocupar su lugar y a permanecer como sus guardianes hasta que algunos otros hijos e hijas de la Tierra encontraran dentro de su propia luz del corazón asumir este maravilloso servicio.
A fin de ser investidos con el poder y la autoridad de custodiar una Llama Cósmica, la presencia de la cual es esencial para la redención y liberación de una evolución, el ser espiritual que hace la solicitud debe atraer esa Llama en su plenitud a través de sus propios cuerpos. El Maestro Jesús se ofreció a presentar este servicio al cierre de Su misión en Judea.
Con la ayuda del actual MaháChohán, cuyo servicio Cósmico y momentum están incorporados en el pleno poder de la Llama de la Resurrección, Jesús fue capacitado para demostrar el poder dentro de esa Llama al restaurar el cuerpo a la vida y el espíritu a la inmortalidad. Fue investido entonces por la Ley Cósmica, con el poder y la autoridad -junto con la amada María- para custodiar y sostener la Llama de la Resurrección desde dentro de este templo, en el cual prestan ellos este servicio hasta el día de hoy.

 Servicio/actividad del Retiro de la resurrección

El propósito de este foco es el de continuar vertiendo en las conciencias emocional, mental, etérica y física de todas las evoluciones que pertenecen al planeta Tierra, la realidad del poder propiamente dicho de la resurrección que yace dentro de la vida misma.
Al igual que todos los talentos y virtudes, puede darse una inversión del uso del poder de la resurrección. El hombre lo utiliza a menudo para resucitar memorias de naturaleza desagradable y experiencias que hace rato tuvieron lugar -las cuales deberían haber sido perdonadas y olvidadas por completo- causando, así, aflicciones a sí y a otros.
En el Templo de la Resurrección, al hombre se le enseña a utilizar el poder de la resurrección únicamente para traer a la vida el Plan Divino para sí y para aquellos que él tiene el privilegio de influenciar.
Resucitar quiere decir “traer de vuelta a la vida aquello que está aparentemente muerto, devolver la entereza y renovar aquello que temporalmente se ha tornado imperfecto”. La humanidad es testigo de esta resurrección por todo el Reino de la Naturaleza cada primavera. Los Santos Seres que custodian la Llama de la Resurrección han decretado que la humanidad también se “sintonizará” con esta Llama de la Resurrección, y que conscientemente resucitará la perfección que yace durmiente en la mayoría de los seres humanos.
El amado Maestro Jesús se empeñó en mostrarle a la humanidad que lo que la Naturaleza puede hacer… ¡también puede hacer el hombre! De allí que sometiera su santo e inmaculado cuerpo a la susodicha “muerte” y luego, mediante la invocación de esta Llama de la Resurrección, trajera la vida de vuelta a ese mismo cuerpo como un ejemplo a toda la humanidad de que lo que una flor, un arbusto o un árbol puede hacer, también pueden hacerlo miembros de la raza humana.
En su mayoría, los seres humanos han aceptado la resurrección de Jesús como un “milagro” posible únicamente para Él, y no ha aprovechado el uso de la Llama de la Resurrección para restaurar sus propios vehículos a la perfección, en vez de someterse a la enfermedad, a la desintegración, a la descomposición, y finalmente a la susodicha “muerte”. Sin embargo, para mantener con vida el sentimiento del poder de la resurrección en la conciencia de la humanidad no-ascendida, el amado Jesús y la Madre María ahora envían continuamente a la atmósfera de la Tierra desde este Templo, esa radiación victoriosa, restauradora y elevadora.

Llama sostenida en el Retiro
La Llama de la Resurrección, color madreperla.

La actividad de la Llama de la Resurrección es el aceleramiento de la acción vibratoria de la Luz de Vida dentro de las células del cuerpo, permitiendo que la Luz interna desplace la apariencia de limitación y se yerga revelada en la “gloria que tuvo con el Padre, antes de que el mundo existiera”. La sustancia de la Llama de la Resurrección fluye a través de los cuerpos internos de quienes la inviten, así como de la estructura de carne propiamente dicha.

Hermandad
Hermanos y Hermanas de la Resurrección.

En contadas instancias, aquellos que han renunciado a la herencia de muerte y descomposición como el “estado natural” de la humanidad, fueron atraídos a los alrededores del Templo de la Resurrección y se les enseñó como atraer esa Llama a través de sus cuerpos internos y de su estructura de carne; y estos elegidos se convirtieron en los Hermanos y Hermanas de la Resurrección. 
La acción vibratoria de la Llama de la Resurrección es controlada por los Hermanos y Hermanas que habitan en el Templo de Resurrección. Ellos dirigen esa Llama a través de los cuerpos físicos, mentales y emocionales de los neófitos, en respuesta a sus invocaciones individuales pidiendo que Su tremendo poder sea liberado a través de ellos y de otros, al hacer el Llamado.

 Cómo cooperar 

El Templo de la Resurrección se abre cada año durante treinta días, los cuales se inician con el período de la Semana Santa, que generalmente se celebra durante el mes de abril. 
El Mahá Chohán solicita a los estudiantes que deliberadamente orienten sus conciencias hacia el Templo de la Resurrección durante el período de treinta días en que la Jerarquía Espiritual está presente allí. Incita además, a que los estudiantes traigan de vuelta cada día el sentimiento de Jesucristo Ascendido del poder de la Resurrección.
Dice el Mahá Chohán: “Utilicen conscientemente este poder de resurrección para restaurar, resucitar y traer a la vida en sus propios mundos individuales, algún requerimiento Divino específico del cual parezca que estén careciendo.
Por ende, si lo que se requiere es salud, a los estudiantes se les solicitara que magneticen el poder de la Resurrección a través los cuerpos internos y físico y traten conscientemente de restaurar el ritmo natural y acción vibratoria del Santo Ser Crístico. Si lo que se necesita es suministro, se les pedirá que conscientemente atraigan la Llama de la Resurrección a través de la apariencia de limitación y que se mantengan en ello hasta que el suministro abundante esté al alcance del poder gobernante del individuo. 
El uso práctico de estas Llamas puede asistir (y asistirá) a la conciencia que evoluciona. También, esta afinidad así establecida calificará a ciertas personas a asistir en los diversos Retiros y prepararse para el día en que tales individuos puedan convertirse en los padrinos de los Retiros y Guardianes de la Llama en el mundo de apariencias físicas.”
Sensato, entonces, será el chela que dirija su conciencia hacia el Templo de la Resurrección por las noches, con la oración de que pueda recibir algo de la esperanza, del optimismo, del poder resucitador, de los dones generales y bendiciones de esa Llama, trayendo de vuelta a su propia conciencia externa, su hogar, su negocio, su nación y su planeta, un foco de esa Llama, el cual se convertirá en un centro irradiador de resurrección doquiera que se encuentre. 
Todo individuo que sinceramente desea superar la enfermedad, la ancianidad, la desintegración y la descomposición es atraído en conciencia hacia el Templo de la Resurrección mientras que su cuerpo físico duerme, por el poder magnético de su propio deseo de lograr lo que Jesús hizo.

Descripción del Retiro

En el Cercano Oriente, brillando en los éteres pulsantes sobre Tierra Santa, se yergue el Templo de la Resurrección, cuya inmortal Llama de Restauración y Resucitación es custodiada y protegida por los bellos Maestros Jesús y María. La Llama de la Resurrección es la esperanza de redención de la raza humana en su totalidad, mediante la cual la sustancia enferma, distorsionada y descompuesta que se ha generado mediante los pensamientos y sentimientos humanos, y que se ha impuesto sobre la pura Energía de Dios de puede ser purificada, transmutada y restaurada a su Naturaleza perfecta y natural.
Este templo es particularmente bello, ya que es el foco de los directores de las fuerzas de la naturaleza, y los bellos elementales que representan los cuatro reinos -fuego, aire, agua y tierra- juegan en la atmósfera y aura de este Templo en todo momento. La radiación del Templo de la Resurrección es como un glorioso arco iris de colores, y la visita al mismo por esos Seres Divinos interesados en desarrollar la capacidad de resucitar el Plan Divino en esta Tierra, contribuye a Su gran belleza y luz.
El Templo de la Resurrección fue creado con una sustancia que se parece a la “madreperla” y tiene un diseño circular. Está compuesto de siete corredores circulares alrededor del altar central donde arde la Llama de la Resurrección. Los corredores del Templo de la Llama de la Resurrección están poblados de ángeles, de los cuerpos sutiles de algunos seres no-ascendidos y elementales, así como también por los Maestros que han escogido custodiar y desarrollar a aquellos que, por su mera presencia aquí, han indicado su interés en el poder de la resurrección y desean tener la asistencia de su radiación.
Desde el corazón del templo, donde pulsa la Llama Blanca de la Resurrección como un gran lirio blanco, los ángeles, devas y las huestes querúbica y seráfica de la Resurrección están constantemente absorbiendo esta sustancia dentro de sí, y luego barriendo hacia afuera, bajo la dirección de los Maestros que están a cargo de dirigir los Rayos de Luz. Cada uno de los siete corredores circulares recibe parte de la radiación de la Llama, misericordiosamente reducida de manera tal manera que Su luz y esencia pueda ser absorbida y digerida por los seres que sirven en esa esfera de actividad. 
En cada uno de tales corredores, un Maestro de Sabiduría instruye a un grupo de chelas, quienes están comprometidos en el servicio de aprender como atraer esta Llama y proyectarla hacia un objetivo dado, sosteniendo el rayo de su atención como el canal y guía a lo largo del cual la Luz fluye al interior de iglesias, santuarios, hospitales, hogares y corazones humanos. Otros Grandes Maestros, oriundos del Ámbito de los Maestros Ascendidos, a menudo disertan con seres no-ascendidos en estos corredores (atraídos a ellos y a este sitio en conciencia mientras que el cuerpo físico duerme), ayudándolos a aceptar en sus sentimientos el poder y uso práctico de la Llama de la Resurrección, con la esperanza de que al retornar al mundo exterior, lleven ellos la suficiente convicción del poder de la resurrección a sus propias esferas de influencia.
Uno de los corredores esta dedicado enteramente a dirigir la Llama de la Resurrección al ámbito etérico y a través de los cuerpos etéricos de quienes hayan solicitado – mediante la llama de sus propios corazones – la purificación de sus propios registros etéricos. Los Hermanos y Hermanas que dirigen la Llama, en Su vibración etérica, responden instantáneamente a los llamados que chelas conscientes les hacen pidiendo la disolución y purificación de registros etéricos de naciones, continentes, viejos castillos y lugares donde grandes males e injusticias han tenido lugar.
En otro recinto circular, con la cooperación voluntaria de la Hueste Angélica, los Hermanos y Hermanas dirigen la Llama (con la asistencia del Maestro que los guía) al ámbito síquico y astral, prestando una tremenda asistencia en la disolución de las acumulaciones masivas de discordia – las cuales se manifiestan como enfermedades de mente y cuerpo. También desde este recinto se dirigen los Rayos en respuesta a los llamados y oraciones por los susodichos “muertos”, y el poder purificador de estos Rayos hace mucho por asistir a los espíritus “apegados a la tierra” a elevarse a las Octavas de Luz y entrar a salones de clase de empeños espirituales, lo cual los capacitara para regresar en cuerpos de mayor pureza y luz y, así, avanzar más rápidamente en la realización de su Plan Divino. Desde otro de estos grandes salones circulares, los Hermanos y Hermanas dirigen la Llama a través del vasto mar del ámbito emocional y a través de los mundos de deseo de quienes desean elevarse por encima de las pasiones de los sentidos, sublimando las lujurias de la personalidad y reemplazándolas por el “hambre y sed de justicia”.
Desde aún otro salón, los directores de los Rayos de Luz vierten la Llama dentro de la acción vibratoria de los cuerpos mentales de la raza, los cuales, debido a la tremenda acumulación de pensamientos-forma que llenan la atmósfera y que se incrustan en los cuerpos mentales de la gente, obstaculizan las Directrices Divinas del Ser Superior individual.
En el patio externo del templo se encuentran los Hermanos y Hermanas que dirigen la Llama a través de la estructura física de quienes desean cuerpos que no registren absolutamente ninguna enfermedad. Igualmente desde este patio los Devas de la Naturaleza y los constructores elementales de la forma, bajo la dirección del MaháChohán, supervisan la dirección de las corrientes rítmicas de la Resurrección que proveen las estaciones de crecimiento y cosecha.
El grado de maestría y luz logrado por cada hermano y hermana que pertenece a este templo, determina que tanto podrán ellos acercarse al santuario central, ya que el poder de esta Llama es tal que únicamente Seres Ascendidos pueden estar en Su presencia. Sin embargo, muchos chelas y neófitos ocupan las cámaras externas y gradualmente – mediante la proximidad y aplicaciones individuales- se auto-preparan para aproximarse cada vez más al centro-corazón, donde habita la Llama enfocada.
Al mismo tiempo que estos pupilos están acostumbrando sus cuerpos y conciencias a la Llama de la Resurrección, también están sirviendo. La Ley Cósmica no permite recibir una asistencia más que ordinaria sin dar un balance de servicio impersonal. Es así como en cada uno de estos corredores, bajo la dirección de su Maestro, los chelas y neófitos están constantemente enviando hacia adelante la Llama y Rayo de la Resurrección a los Reinos de la Naturaleza. Esta asistencia es igualmente enviada a los corazones de quienes han sido señalados por la Guardiana Silenciosa como merecedores de una ayuda más que ordinaria en sus empeños individuales para resucitar lo Divino de entre las acumulaciones del vivir humano a lo largo de los siglos. 
A medida que los iniciados y chelas avanzan en pureza -¡y en obras!- son atraídos cada vez más cerca del Templo. Finalmente, reciben el privilegio de pararse dentro de la Llama en sí y, utilizando Su momentum de resucitación, completan la transmutación de su naturaleza humana. 
¡Entren al Templo de la Resurrección al menos una vez cada veinticuatro horas, báñense en Su Llama, practiquen el uso del poder resucitador que está dentro de su propia vida para restaurar a ustedes la perfección de ser que conocieran con el Padre antes de que el mundo existiera! ¡Acéptenla! ¡Úsenla! Sientan como el poder resucitador de la Divinidad (actualmente quieto dentro de ustedes) se estremece a la acción, y luego permítanle fluir a través de sus vehículos internos, su cuerpo físico, su aura y salir al mundo en que habitan actualmente. ¡Es así como ustedes se convierten en un Templo de la Resurrección en sí mismos!



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