Tu alma es creada por el YO SOY pero, a través del libre albedrío descendió hacia las esferas inferiores del plano físico. Es mortal, hasta que nos elevamos a la inmortalidad por elegir ser la conciencia Crística.
Cada corriente de vida que es creada, por ejemplo: las siete razas raíces, es un nuevo grupo de almas creados por los Elohim. Ellos se vuelven Más al entrar al plano físico y estaban destinadas a hacerlo ¡antes de que fueran creadas en primer lugar!
Entonces, es en concordancia con la Voluntad de Dios el entrar el tiempo y el espacio. Lo que ocurrió fue que descendimos por debajo del Ser, lo que no era la Voluntad de Dios para nosotros. Probamos la dualidad, razón por la cual fuimos echados del Edén como seres mortales. Pero, Dios no nos dejó solos para que muriéramos una muerte lenta, él nos dio el Ser Crístico para ayudar a que nos eleváramos de nuevo.
Nosotros entendemos que el alma está anclada en el chakra de la sede del alma. Este chakra queda por debajo del corazón y por debajo del plexo solar. Es la verdadera sede de la vida en la Tierra. entre ese chakra del alma y el corazón, que es la sede de la conciencia Crística, están los registros del karma de uno, la basura y los desechos del mundo, los momentums del cuerpo del deseo.
Por lo tanto, el alma debe determinar qué va a hacer, debe diseñar un rumbo y una marca y cumplirlo, reconociendo que es un curso de obstáculos. Uno debe aprender a esquivar el karma personal y planetario con la llama violeta, con el fuego sagrado, para regresar al mismísimo centro de la conciencia Crística. El alma debe desear su propia auto-disciplina, su propio discipulado, porque esta es la prueba de la auto maestría. Dios no refuerza sobre nosotros, de manera continua, su Voluntad: Él desea que seres independientes y libres en Dios regresen a casa con él, aquellos que han decidido ser libres -para amarlo con toda su alma.
El alma es la conciencia ‘solar’, y por lo tanto, uno empieza a pensar en el Sol. El sol del alma es la luz de Dios. El sol es una parte de todo el molde, un fragmento del pan de Vida que es el Espíritu inmortal.
Este Gran Espíritu está contigo en tu Presencia YO SOY. El alma es una porción de lo mismo, que ha descendido en el tiempo y el espacio, habiendo pedido y recibido el don del libre albedrío. Ha salido a los universos externos para probar esa identidad divina. Por lo tanto, tiene la elección suprema y el reto supremo de tomar decisiones correctas.
Ahora, esta separación del núcleo del fuego blanco del ser no fue la Voluntad de Dios en el inicio sino que, se convirtió en la voluntad del hombre. En consecuencia, el discipulado se convirtió en el sendero del camino de regreso del alma al mismísimo corazón de Dios.
Si, de repente, ustedes aterrizaran en la selva más densa del África y ustedes desearan volver a la civilización, lo primero que tendrían que hacer es tomar su machete y abrirse un sendero a través de la selva, o no podrían moverse. Dado que el alma ha exigido la ruta del libre albedrío y del descenso al universo de la Matter, debe ahora tallar el sendero de regreso a la Presencia YO SOY.
Por la misericordia del gran YO SOY ESE YO SOY, Dios envió su único Hijo engendrado, para que a través de él pudiéramos salvarnos y pudiéramos obtener la vida eterna. Esto ocurrió porque el alma no podía encontrar su camino de regreso a la Divinidad sin el Mediador principal, el Hijo viviente de Dios. Por lo tanto, el Ser Crístico salió adelante como la misma presencia del amor del Padre a rescatar almas que se habían perdido de su Realidad original.
Tu Ser Crístico es tu Presencia YO SOY personificada. Tu Ser Crístico es el Gran Mediador que habla contigo mientras que tú estás aún en el estado kármico imperfecto y quien habla con Dios quien está en el estado puro de perfección. El Mediador Divino, por lo tanto, es el intermediario, el que intercede a favor del alma que te conduce de regreso a Dios.
Para amar a Dios con toda tu alma, necesitas establecer ese lazo con el Ser Crístico de tal modo que el alma tenga el poder, la habilidad, y el contacto por medio del cual amar.
La capacidad del alma de amar tiene en cuenta la valoración realista de lo que es el aquí y el ahora, cuál es la condición actual de mi vida y de mi karma.
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